Con muchas parábolas habló la palabra de ellos

Tercer domingo después de Pentecostés

La Rev. Amy Welin:
Jesús utilizó parábolas para enseñar a sus seguidores. Las parábolas son más que historias sobre ovejas, las aves, los agricultores y semillas de mostaza. Son enseñanzas espirituales, simbólicos y con autoridad. Sus historias utilizan objetos y situaciones cotidianas con el fin de ilustrar las verdades profundas de la vida en relación con Dios.

Hoy, escuchamos a Jesús decir a sus amigos dos historias sobre la forma en que el Reino de Dios crece rápidamente, incluso de los más pequeños pedacitos de la fe. Ambas historias son sobre la siembra y el crecimiento.

El agricultor no entiende cómo se transforma la semilla en un cultivo, y todavía es capaz de cosechar el fruto de lo que sembró. La semilla contiene todo lo que necesita para florecer.

Una pequeña semilla de mostaza es del tamaño de una semilla de amapola. Cuando la planta crece hasta la madurez, es sorprendentemente grande: unos nueve pies de altura. Jesús promete que el reino de Dios en el mundo crecerá como una semilla de mostaza.

La mostaza es una mala hierba invasora, que siembra en sí y puede crecer agresivamente, haciéndose cargo de los campos cultivados. Me pregunto si las personas que escucharon esta parábola la primera vez que estaban preocupados acerca del Reino de Dios hacerse cargo de toda su vida muy bien cultivadas. O si los que oyeron esto, ya que se destacaron en el caliente sol de Galilea esperaban encontrar refugio fresco como el Reino creció.

He observado que, para que las semillas crezcan en las plantas, primero tienen que venir aparte. Ellos tienen que morir para poder tener una nueva vida. Me pregunto qué mensaje está contenido en estas dos parábolas para nuestra comprensión de lo que Dios está haciendo con nosotros en Waterbury. ¿Qué se supone que se siembra? ¿Qué tiene que morir para que Dios traiga nueva vida a nosotros?

La naturaleza interesante de parábolas es que puede haber más de una manera de interpretar la historia.

¿Qué crees que la invitación de Dios para nosotros es cuando escuchamos parábolas? La decisión más importante que enfrentamos no es lo que San Juan se va a hacer con nuestra inmobiliaria. Es la forma en que vamos a optar por trabajar con Dios para construir ese Reino incontenible.

Si tuviéramos que contar la historia acerca del Reino de Dios en San Juan en una parábola, ¿qué haríamos incluir?