Que se amen unos a otros

Sexto domingo de Pascua

La Rev. Amy Welin:
Érase una vez, hace mucho tiempo, cuando yo era un adolescente, tenía varios amigos que eran de familias numerosas. Con 7 o 8 o 10 niños, siempre había algo que hacer. Sus casas eran lugares maravillosos para mí, y me encantó estar allí. Hay algo que decir acerca de la crianza con una familia tan grande. Recuerdo que una madre en particular, que tendía a ser un poco dramática como se las arregló su familia. Romper una disputa en una tarde lluviosa, les reprendió. ¿No puedes actuar como si se aman? (Gracias Sra. C).

Sra C era un eco de Jesús, que le dijo a sus amigos que amen los unos a los otros como yo os he amado.

No suena como el tipo de consejo una buena madre daría a sus hijos?

Jesús era cómoda en un modo maternal con su gran grupo de discípulos. En el Evangelio de Mateo, se compara a sí mismo con una gallina madre, a quien le cobijo a sus polluelos debajo de las alas. Algunas reflexiones espirituales medievales llaman Jesús maternal, porque él encarna el amor y la ternura de Dios. Bernardo de Claraval pasó un tiempo considerable escribir ensayos a los monjes acerca de Jesús como su madre. Juliana de Norwich dijo que Nuestro Salvador es nuestra verdadera Madre, en quien estamos infinitamente nacemos y de quien nunca llegaremos. Y aunque Menciono esto porque es día de la madre, esto no es una teología excéntrico. Esta es una dimensión de la espiritualidad cristiana tradicional en la Edad Media, articulada por los principales pensadores religiosos cristianos. Jesús es nuestra madre porque nos dice qué hacer, nos nutre con cariño y nos alimenta con su propio cuerpo y sangre. Cuando Jesús advierte a sus discípulos a amar uno al otro, lo está haciendo en la sombra de su muerte. Es la noche de la Pascua. Jesús sabe que va a morir. Después de lavar los pies a sus amigos, y después de ver a Judas dejar la cena de fin de traicionarlo, Jesús comienza a decirle a sus seguidores sobre el sentido de su vida en común. Él sabe que la cruz ha de venir, y sus palabras de despedida empezar con todo lo que necesitan saber – y todos son sobre el amor.

Que se amen unos a otros. Él no está pidiendo que se comporten bien después de que él se ha ido. Él les está ordenando a ver unos a otros a través de los ojos de Cristo. Y en caso de que no lo escuchan por primera vez, como mi madre, Jesús repite su mensaje tres veces. Que se amen unos a otros.

Para practicar el amor no es una tarea fácil. Para practicar el amor no es el mismo que enamorarse. El verdadero amor es más difícil que los actos de bondad al azar a los extraños. Aunque el romance y la bondad son parte del amor, el verdadero amor supera el amor romántico y que supera con creces simplemente ser amable. Para practicar el amor es para tomar la decisión consciente para cuidar a otra persona, para ver su belleza y valor como Cristo lo ve, para alentarlos a crecer en su ser completo, a la altura de su potencial. Es una forma de vivir la vida.

En el Evangelio de Juan, Jesús es el único que alguna vez realmente sabe lo que está pasando. En este evangelio, siempre vemos la naturaleza divina de Jesús. Cuando Jesús actúa en este evangelio, está haciendo la obra de Dios. Y cuando habla, él está revelando verdades profundas sobre la vida que Dios quiere que vivamos. Cuando Jesús, el Hijo del Hombre, el Hijo de Dios, es glorificado, es en una cruz. Por su cruz y su resurrección, Jesús nos muestra el glorioso amor de Dios.

Que se aman unos a otros. Para practicar el amor es probablemente la disciplina espiritual más exigente. Jesús lo sabe. Él no está enseñando en el vacío. Él es humano, también, y él vive con las relaciones humanas reales. Los mejores amigos de Jesús no son muy perspicaz. Uno traicionarlo, y otro negarán conocerlo. El resto son simplemente densa y pendenciero. Su comunidad religiosa le sigue pidiendo señales para demostrar que él es el Mesías, y cuando se los realiza que lo acusan de brujería. Sus enemigos no son solamente malicioso, también son asesinos. Aún así, Jesús enseña el amor y practica el amor.

Este amor de madre de Jesús no es un amor maternal idealizada. Jesús puede ser el buen pastor, pero a veces se practica un amor duro. Tal vez esto se debe a que las ovejas parecen ser tan obtuso! Estoy pensando acerca de la manera en que se aclaró a los cambistas del templo, gritando y volcando sus mesas. O la forma en la que se discutió con las personas supuestamente religiosas que se negaban a reconocerlo. Pero a través de todo este evangelio, Jesús no deja de amar a Dios o al pueblo de Dios. Él ofrece la gracia a una mujer samaritana. Él ofrece el perdón a la mujer sorprendida en adulterio. Él sana a un ciego todo el mundo asume es un pecador. Pasa tiempo con personas a su madre podría amar. Jesús dice lo que realmente piensa, cuida de los débiles, abraza lo imperfecto y da la bienvenida al forastero. Por su acción, Jesús nos enseña a amar de una manera semejante a Dios.

En este evangelio, Jesús revela que la única manera de superar el poder del mal y de la muerte es a través del amor.

Que se aman unos a otros. Jesús está diciendo a sus discípulos que la manera de levantarse con él a una nueva vida es practicar amorosa. Por esa pequeña comunidad, la supervivencia depende de su capacidad de ver el uno al otro a través de los ojos de Cristo. Su amor les permitirá continúan experimentando la vida con Cristo, aun después de que se ha ido de su medio. Su amor sostendrá los. Su amor los identificará como el pueblo de Jesucristo, y darles la posibilidad de transformar el mundo.

Que se aman unos a otros. El amor maternal de Cristo todavía tiene el poder de transformar nuestro mundo. He visto a la gente de San Juan, ministrando a la comunidad y entre sí. Ustedes son capaces de hacer eso porque se amen los unos otros, y ustedes comparten ese amor con el mundo. Y es el amor de Cristo que vive en ustedes que puede provocar que ustedes pueden hacer grandes cosas.

Que se aman unos a otros. Escuchar Jesús, su madre.